sábado, 17 de octubre de 2009

De la Ley de Medios al Panóptico K. Por: Jesús Porrúa

Democratizar los medios, sin dudas, es lo que todos queremos. Todos quienes resaltamos la importancia de vivir inmersos en un sistema de gobierno representativo, republicano y federal no toleramos que haya voces perseguidas y silenciadas. Creemos que democratizar los medios no implica que sólo hablemos nosotros u otro sector, sino que, contrariamente, significa que hablemos todos.

Los argentinos hemos vivenciados semanas de grandes contradicciones, pero todas enlazadas por un denominador común: el sentimiento de venganza. Personajes y Funcionarios Públicos que no toleran que la prensa critique su accionar han salido a silenciar y a menospreciar a muchos periodistas, talvez porque ellos no son intachables y entonces, creen que es más fácil intentar ocultar una realidad a los gritos como si gritando más fuerte se pudiera matar la verdad.

Cuando se aprobó la Ley de Medios hacíamos públicas nuestras sospechas sobre una intención del gobierno Nacional de perseguir, vigilar y controlar la tarea periodística, contradiciendo de este modo nuestra Constitución y los tratados internacionales a los que hemos adherido en pos de salvaguardar la libertad de expresión.

Un video anónimo, emitido por el canal estatal, pretende generar sospechas y vincular a un periodista en una campaña contra Repsol – YPF, y entonces, necesariamente, uno piensa sobre el rol del Estado que queremos, sobre el tipo de Nación que estamos construyendo, sobre el modo en que nos relacionamos con la verdad y con la mentira, con la ética y la inconducta.

Cuánto hay de cierto en esas imágenes no tiene importancia, porque lo verdaderamente llamativo es que Canal 7 emita unas imágenes de ese tipo y en carácter anónimo. En un medio audiovisual propiedad del Estado, que se proporcione ese tipo información es alarmante, porque deja al descubierto el poco compromiso con la búsqueda de la verdad ya que se trata de un video que ha sido filmado y editado por alguien a quien no conocemos; porque hace visible la poca importancia que para éste gobierno tienen las instituciones. Por qué se emiten esas imágenes anónimas y no se hace una presentación judicial.

En el camino del Bicentenario y con un partido a cargo del gobierno nacional que se proclama defensor de los derechos humanos, parece mentira que se nos oculte información y que se levanten sospechas infundadas sobre periodistas. En este caso un periodista de larga e intachable trayectoria.

El kirchnerismo intenta diseñar una copia del panóptico y revive la vieja versión d vigilar y castigar analizada por Foucault que creíamos parte del pasado.

La necesidad imperiosa de la victimización por la incapacidad propia deconstruir un futuro mejor para nuestro país, ha llevado a éste gobierno a la búsqueda desesperada de enemigos. Pero, cómo es posible que el enemigo sea el campo, es decir el interior y el motor del país; cómo puede ser que el enemigo sean los partidos de la oposición sin quienes no habría sistema democrático posible, cómo imaginar que el enemigo es la libertad de expresión cuando la Convención Americana sobre Derechos Humanos la proclama como un derecho inherente al ser humano; cómo aceptar que el enemigo es el que hace expresa una crítica y por lo tanto es un golpista, cuando ese calificativo tiñó de sangre la historia universal pero fundamentalmente la nuestra.

Probablemente nunca sepamos quién fue el encargado de hacer la edición de imágenes que se mostraron por la pantalla de Canal 7. Como también se nos ocultó información sobre los números del INDEC, la valija de Antonini, el maletín de Miceli, los gastos efectuados por Romina Picolotti mientras estuvo cargo de la Secretaria de Ambiente y Desarrollo Sustentable, el patrimonio del matrimonio presidencial y de algunos de sus colaboradores, el alquiler de aviones de alto valor económico por parte del ex presidente para viajar al exterior, las verdaderas motivaciones que llevaron a distintos legisladores a cambiar su voto, a último momento, tanto cuando se trataba la Resolución 125 como la reciente Ley de Medios, cómo y quiénes financiaron la campaña presidencial de Cristina y la posterior postulación de su esposo como diputado por la provincia de Buenos Aires, qué había detrás del caso Skanska y así, podríamos seguir enumerando preguntas sin respuestas varías líneas más.

La gran paradoja implica que justamente quienes dicen recibir por parte de la prensa información distorsionada y engañosa, son quienes se encargan de no decirnos toda la verdad.

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